viernes, 4 de junio de 2010

Asado escupido

Historia de hace unos años.

Era una noche del verano tucumano,
en la casa de un amigo estaba yo.
Ya se había cansado de decirme ciruja puto,
ya me había cansado de decirle puto decano.
La casa estaba sola, como yo,
sus viejos creo que andaban por Pinamar;
asi que le dije: ¡ vamos a buscar minas a un bar!..
antes que termine de preguntar ya estabamos saliendo.
En una mesa de dos minas nos fuimos a sentar
y sin dudarlo comence a chamuyar
no eran hermosas, pero no estaban tan mal;
así que cuatro delanteros y a atacar.
No me acuerdo si andaba con plata
o eran ellas que ayudaban a pagar,
la cosa es que ya nos habiamos empezado a entonar.
Eran de Corrientes o Entre Ríos, no creo que eso importe,
nos contaron que venían a conocer el norte
y que por acá estaban solo de paso.
Nosotros decíamos que si a todo,
mientras llenabamos los vasos.
Y yo que cuando tomo le tengo poco miedo al fracaso,
y me pongo como frase de cabcera "si pasa, pasa",
casi sin querer les largué la propuesta:
¿vamos para mi casa?...
que casualidad, justo antes de dar una respuesta,
les dió ganas de ir al baño.
A esperar que salgan... ¡hagan sus apuestas!
... saltó la banca, dijeron que sí.
Así que con unos ferné con coca fuimos a jugar el segundo tiempo.
Dos contra dos, el contraataque ideal...
pero todo lo que viene bien, se puede arruinar.
Tocó el timbre un amigo de un amigo;
pedía la habitación catorce porque acababa de levantar.
Hasta ahi nada raro:
él comiendo y nosotros por comer...
pero su guerrera se fué y vino por el postre.
Y yo que siempre fui un lento con las mujeres,
me dejé anticipar;
me llevo por delante el equipo rival
y cuando quise reaccionar
mi chica estaba con el mas "sin codigo" que Adrian Suar.
Compré la carne, hice el fuego,
puse cuchillo, tenedor y plato...
y vino Adri y se comió el asado.
Y no perdí una mina,
porque ni siquiera era mía
Solo gané un poco de experiencia...
¡así es la vida! no en todos se puede confiar.

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