Para inaugurar un mes que no sé por que no me gusta, vengo con esto. De las viejas historias
Otra vez desde ahí arriba me tentás
Otra vez desde ahí arriba me tentás
porque yo sé que ahí arriba está la felicidad,
pero también sé que irremediablemente me voy a caer
porque ya sé de memoria como jugás:
me hacés subir y de lo mas alto me tirás.
Y entonces, ¿Para que subir? si sé que me va a doler
¿Para que volar? si sé que al suelo voy a volver,
golpeandome una y mil veces como cada vez que lo intenté.
A veces me hubiera gustado no conocer tan arriba
y solo tener a cambio una mediocre vida,
sin conocer tal vez, el sabor de lo mejor
pero sin esas ganas incurables de volverte a tener;
sin el dolor de ya no ser,
aunque solo sea por nunca haber sido.
Así que es mejor quedarse solo y hundido
porque aquí las acciones son tan bajas que nunca bajan,
y eso en el fondo es una gran ventaja:
mas no te podés caer, así que mas no va a doler,
así que ya lo decidí, esta vez me voy a perder lo que ofrecés:
esa inevitable transformación
de sueños que rozan la perfección
en pesadillas que no tienen despertar,
ni alguna otra solución.
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