...Y un día todos los hombres nos pusimos de acuerdo. Ahora que todo ya terminó; puedo decirlo, aunque peque de soberbio, a mi se me ocurrio esa brillante y absurda idea. Hablando con mi amigo Juán nos pusimos a deliberar sobre las causas por las cuales nosotros siempre eramos los encargados de ir a buscarlas a ellas (no siempre con el exito que deseabamos) para iniciar y concretar cualquier tipo de relación. Y ahí caimos en la cuenta de la culpabilidad del género masculino en todo eso; claro, ellas sabían que al fin y al cabo alguno la iba a sacar a bailar, alguno la iba a invitar a salir, alguno le iba a hacer un costoso regalo, siempre alguno la iba a chamuyar. En fin, en mayor o menor medida todas tenían sus ofertas. Y si para algo me sirvió estudiar el capitalismo, ese algo fue saber que la ley de la oferta y de la demanda se aplica rigurosamente en cualquier aspecto de la vida.
Y ahí y no en otro momento fue cuando surgió mi ¿brillante? ¿absurda? ¿utópica? idea: ¿ Qué ocurriría si nadie las sacase a bailar ? ¿ Qué ocurriría si nadie las invitara a salir? ¿ Qué ocurriría si nadie las alabara con o sin razón? Y entonces elaboré mi teoría, si a ellas no se les ofrecesiese lo que necesitan, ellas lo tendrían que buscar.
Completamente extasiado y con la adrenalina en un altísimo nivel, le comenté la teoría a mi amigo. Y si yo me hago cargo con orgullo de ser el creador de esta teoría, debo hacer honor a la justicia y reconocer y felicitar por su aplicación en el terreno práctico a mi amigo Juán. Claro, yo nunca fui muy activo a la hora de poner en práctica mis pensamientos, tampoco organizado ni experto en planificaciones. Así que todo lo que a mi me faltaba el lo tenía de sobra, aparte de su incalculable locura que le permitió seguir adelante este proyecto a pesar de la poca cordura del mismo.
Loco si, boludo no; no podríamos hablar de un cambio del género si no empezabamos por nosotros mismos, así que el sabado siguiente a ese histórico día fuimos a Lancaster con el proposito de no iniciar ninguna acción que de a entender que "queríamos levantarnos una mina". Al principio fue fácil, estabamos tan compenetrados y convencidos del éxito del proyecto, que respetamos a rajatabla lo convenido. Los escotes no existían, las polleritas cortas solo de reojo, y las miradas esquivadas. Pero a poco de finalizar nos descontrolamos: el alcohol y tantas mujeres calientes sumados tambien a la engañosa magia del maquillaje y a la piedad de la oscuridad para con los defectos fueron los motivos de tal descontrol. Sacamos a bailar dos señoritas no muy agraciadas, y desesperadamente pusimos en la cancha todo lo que habíamos dejado de poner anteriormente. Las mujeres tienen esa habilidad de percibir el desesperado y esa crueldad para rechazarlo; la misma que usaron para con nosotros.
¿Pensaron que este traspie nos iba a desanimar? No, somos demasiado tercos como para caernos por tan poco. Decidimos aprender de nuestros errores: no podíamos pretender de un día para el otro cambiar nuestro trato para con las mujeres; el cambio debería ser progresivo.
El fin de semana siguiente también fuimos a bailar y los dos siguientes también. Nos dimos cuenta que habíamos logrado conseguir nuestro objetivo primario. Y que ya estabamos listo para la segunda fase de nuestro operativo: la expansión.
Los primeros en enterarse fueron nuestros ex compañeros de colegio y compañeros de facultad con los que teníamos mas confianza. La mayoría nos tildó de locos, otros de peor manera. Era lo esperado, pero nos centramos en aquellos a los que en mayor o menor medida les gustó la idea. Ellos pasarían a formar parte de nuestro círculo de confianza y serían los encargados de distribuir la informacion a sus allegados, preferentemente a aquellos que les podría interesar la idea. También dividimos en sectores la capital de nuestra provincia y otras ciudades cercanas, por ejemplo al señor Julio le tocó la zona sur, a Fabricio la noroeste y Ricardo todo el dístrito de La Banda del Rio Sali; los nombro a ellos como podría nombrar a otros tranquilamente que entregaron gran parte de su tiempo en pos de la causa.
Así y poco a poco, como nosotros, los que se iban sumando al grupo iban dejando de lado esas prácticas de seducir mujeres. Y los escépticos empezaban a creer: y para ellos se organizaron charlas explicativas en donde se ponía enfasis especial en que el realizar estas prácticas nos iba a beneficiar a todos sin distincion de raza,facha,guita, barrio y lo que sea. En un momento tantas fueron las consultas que se nos hacían, que nos vimos obligados a formular un reglamento con el dogma a seguir. Resumiendolo: No sacarlas a bailar, no chamuyarlas, no hacer regalos, no alabarlas aunque haya mas de una razon, al fin y al cabo no hacerlas sentr interesantes ni hacerlas pensar que nos estamos peleando por ellas.
Fueron pasando los meses, un año quizás. En los boliches algunas empezaron a sacar a bailar a los chicos, y la tendencia fue aumentando. Entrabas al chat y las ventanitas con mujeres surgian sin cesar. Algunos llegaron al punto de decir: " si a todos le decís lo mismo". Se le tiraban besos en la calle a los chicos, y miles de cosas que antes las mujeres recibían casi sin querer, ahora la daban casi desesperadas.
Aquella loca idea se había hecho realidad.Ahora la tortilla estaba dada vuelta, ellas desesperadas por buscarnos y nosotros esperando a la mejor oferta. Asi surgieron los histéricos, los interesados y los boludos enamoradizos ante cualquier chamuyo... toda una paradoja. Los agradecimientos a la organización eran una constante, desde sinceras felicitaciones que no podían expresar con palabras el nivel de alegría que habiamos producido en ellos, hasta costosos regalos; sin dejar las constates cosultas de provincias vecinas y de otras no tan cercanas para poder poner en práctica nuestra exitosa idea.Estabamos en nuestro mejor momento gracias a esta organizacion. Habíamos llegado a lo mas alto. Habíamos concretado nuestra idea en la realidad y lo estabamos disfrutando.
Pero siempre que se llega al apogeo, empieza la decadencia; y siempre que existe el poder, existe para corromper. Los garcas de turno aprovechaban su popularidad y la aumentaban con costosos regalos; otros aprovechaban la desesperacion de ellas y sacaban a bailar de a 10 por noche, y otros devolvían los chamuyos de ellas apurando los trámites, cuando no los iniciaban ellos directamente. Sin contar los traidores de turno, cuales Juan Sebastíán Verón en el mundial 2002 contra Inglaterra, que se vendieron al enemigo, informando a varias de las ex chicas mas deseadas que no entendían lo que pasaba y se veían totalmente sorprendidas por el decrecimiento absoluto de su popularidad,( ¡sin los boluditos que las mirabamos no se sienten lindas!) de la existencia de la organización y su brillante plan. Se dejaron engañar y escupieron todo el brillante plan. Las mujeres al fin y al cabo tienen lo que quieren.
Si el llegar al apogeo fue fruto de un arduo trabajo, la decadencia fue todo lo contrario. De un día para el otro se desmoronó nuestro imperio, las chicas ya no sacaban a bailar y ya nos tiraban ni un poquito de onda, ni siquiera una mirada. La oferta les empezó a crecer nuevamente y la tranquilidad también. Nos vimos obligados a disolver esta gloriosa organización y lo que es peor (¿o mejor?) volver a ser nosotros los encargados de buscarlas.
En fin esta fue la historia de una delirante idea llevada a cabo en la realidad, que quizo burlarse de una ley natural y lo consiguio pero solo por un momento,ya que por mas que nuestro intelecto lo haya pensado, y lo pensado haya funcionado,hay un instinto salvaje que nos lleva a buscarlas. Y si se hiciera un partido de futbol entre el intelecto y el instinto; el intelecto mete el primer gol, pero pierde 8-1.
No queda otra que resignarse y aceptar la realidad. Igualmente a la distancia me enorgullezco de lo vivido.
La vida es asi, se resigna el sabio.